miércoles, 29 de octubre de 2014

Crecer

Érase que se era una niña que miraba al mundo con los ojos muy abiertos, pues todo le parecía fantástico y siempre quería conocer más. La niña se encantaba con las letras, con los dibujos y los relatos de los mayores, sobre todo de aquello que narraban los ancianos. Curiosa, la niña observaba y registraba cada detalle, por imperceptible que fuera y siempre pregunta su porqué. También adoraba el significado de las palabras y se entusiasmaba cada vez que descifraba una. El día en que supo juntar varias letras y formar una palabra que comprendía esa niña acarició la felicidad. Era, claro, una niña sensible e inteligente y pronto lo bello se le reveló como esencial.

Esa niña vivía en un mundo que no era tan bello, ni tan revelador, ni tan exhaustivo como a ella le gustaba que fueran las cosas así que pronto se decepcionó. Pronto supo también que la decepción sería una constante ya que ¿cómo puede una niña sensible e inteligente integrar un mundo hostil y repleto de fealdad? No puede, supo la niña. Y supo también que eso la haría infeliz.

Lo supo entonces y lo sabe hoy, cuando la niña que miraba con ojos abiertos es ya una adulta que mira con los ojos muy abiertos.


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Calle Itaca
Hoy he recibido un correo en el que Jorge Berenguer me invita desde los pies de la sierra madrileña a que pasee por su blog, que recién estrena. Buceo por él y aquí lo cito.

El blog se llama Calle Itaca y ahí escribe Jorge. Supongo que esto de escribir el blog es propio de treintañeros con vida interior que, como mucho, tienen que pagar la próxima factura de la luz o prepararse una tortilla para cenar.

Aunque esa factura sea enorme y la tortilla no tenga sal.

Os dejo aquí el enlace de Calle Ítaca. Leed, o no. http://jorgeberenguerubeda.blogspot.com.es/


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Momento musical, Mi Swing Es Tropical de Quantic & Nicodemus. Una canción vital y divertida que en estos tiempos tiene a bien levantar mi ánimo.

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